martes, 19 de mayo de 2009

Un día de locos


Barranco fue la última parada para tomar fotografías; luego, Juan Pablo y yo caminábamos con dirección a Miraflores. Disfrutábamos de la tranquilidad, ni siquiera el mar interrumpía la conversación y la neblina cubría un sol débil. Creo que todas las personas sentía lo mismo.

«Ah...», se escuchaba a lo lejos. «Algo sucede, parece gente gritando», pensaba en voz alta. « Ivón, es el mar… ».«¿El mar? », no me convencía.

No era el mar por supuesto, sino varias muchachitas enloquecidas. «Los Jonas brothers han llegado», asustada presentía otro momento “entre chicas lindas”. « ¿Vamos a ver? Ya me entró la curiosidad», sugería Juan Pablo que nos mezcláramos con la masa rosada y chinchosa; algo en mí, demasiado adentro, también pedía que fuera y chismosee.

Las niñas gritaban por cualquier motivo: salía alguien del hotel, las cámaras las enfocaban, Henry Spencer corría con su micrófono, el perrito orinaba, la mamá llamaba por su celular, los policías caminaban… por todo gritaban las mocosas. Además, debo mencionar un poster muy curioso: I am burinig up for you baby. Las niñas están calientes por estos chicos

Y como ninguno de los hermanos salía para burlarnos, Juan Pablo y yo fuimos a comer en Larcomar. Nos sentamos y en frente mío habían dos niñas, vestidas de color rosado, que disfrutaban su helado y su pizza diminutas; un señor de les acercó, tenía puestos unos lentes oscuros y no me creía que fuera un familiar suyo, ya que en las miradas de las chiquitas se notaba un gesto de “y éste quién es”.

En fin. Volvimos donde el grupo de fanáticas sueltas y ahora habían invadido la pista. Tiene razón Juan pablo cuando me dijo, después que nos fuimos de Miraflores, que si fueran pandilleros, caería los golpes y bombas lacrimógenas, pero son niñas: qué se puede hacer cuando invaden las calles, las bombas no se escucharían porque sus gritos son más fuertes.

Dejamos a las fans. Algunas ya se iban, otras aún tenían fuerzas para gritar: « ¿Lo viste? ». «Lo vi». «Ah…». « ¡Qué roche, hasta lloré! ». Seguíamos caminando para alejarnos de los Jonas brothers.

Mejor que eso – mucho mejor – es que fuimos a ver Wolverine y no nos quejamos cuando pasaron incompleta la película – no vimos la última escena después de los créditos - , estábamos cansados y nos dio flojera.

Pero si nos hubiéramos quedado más tiempo tratando de hacer justicia en el cine, no nos hubiéramos cruzado con lo más impresionante del día en Miraflores: un chico cuya frente sangraba, caminaba desorientado y todo el mundo se quedaba mirándolo. No sabíamos si seguirlo y como la central del serenazgo estaba cerca, fuimos a reportar el suceso. Lo raro es que no nos pidieron nuestros datos y no sabemos qué fue del muchacho.

Fin del día.

PD.: Me enteré que los metrosexuales de Jonas brothers (xD) sí salieron a saludar a su público desde el balcón del hotel.

Y Juan Pablo tomó muchas fotos.




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