miércoles, 23 de diciembre de 2009

De vuelta

Algunos cortometrajes por hacer.
Ya ordené mi cuarto.
Avanzando algunos proyectos personales.
Ahora que estoy d evacaciones puedo escribir más, pero la computadora sigue ocupada.

Y llegó la navidad.

Estoy de vuelta.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Pongan la basura en su lugar

La gente se pasa. Ya va más de una vez que lo hace descaradamente. Ni siquiera tienen conciencia, a pesar de que estudian en la universidad, leen mucho sobre Filosofía, todos los días miran noticias y conversan sobre política en la mesa. Se pasan.

  1. Enamorando a una chica en medio de un viaje de carro. «Mira: yo soy así, yo soy asá », pareciera que dijera el muchachón. Él está comiendo algo, le invita a la señorita que acompaña. Se termina el bocadillo. Con sus manos, forma una curiosa bolita con la envoltura. Abre la ventana de la combi y ¡fua!, tira afuera esa basurita.

  1. Ese señor juega a la puntería botando pequeñas envolturas de caramelos hacia la puerta del microbús. Tiene uñas maltratadas y manos robustas. Sus ojos verdes irritados transmiten muchas noches de juerga. Y de nuevo lo hace, esta vez con una envoltura de helado.

  1. «Ay se me cayó», es las excusas de esa universitaria, pero todos sabemos que al pasar por allí, justo se le terminó el agua y no es fashion tener una botella de plástico vacía que desentone con el atuendo de hoy. Seguro no ha pensado que a un metro de ella hay un inocente tacho de basura. Qué pena.

¡Por favor, no hagan que los odie, pongan la basura en su lugar… y a esa gente también!





jueves, 29 de octubre de 2009

Fíjense bien.

No es novedad que un número desconocido en tu celular llame y no recibas respuesta alguna luego de un inocente “alo”

Tampoco es raro que te llamen de un número privado para fastidiar. Fácil se confunden de un insignificante dígito como a mí me pasaba cuando llamaba a mis amigas y me contestaba la voz de un hombre cincuentón.

Seguro les ha pasado que durante todo un día recibían mensajes como: “Entra al internet urgente, necesitamos hablar”. “Por qué no entras al internet!!”, “Qué pasa contigo, entra al Internet!!” y luego te llaman y dicen: «Ana… Ana, ¿por qué no entras al Internet? ». Y tú contestas: «Yo no soy Ana ».

Tal vez se sintieron comprometidos cuando recibieron, por equivocación, una llamada de provincia avisando que el Tío Juan está enfermo y necesita de su ayuda, pero tú no eres de la familia, tú no eres el primo Roberto.

Y en un día soleado, tranquilo sin ningún problema que enfrentar, llega un mensaje con una voz misteriosa: «Ya pues, te acobardas, ¿no?, ya ven nomás, no te tengo miedo…». Y tú, tratando de recordar el último pecado cometido, tienes miedo de salir a la calle y que alguien quiera hacerte pagar por tu error, que aún no sabes cuál es, pero ese mensaje te puso los pelos de punta.

Para la próxima, fíjense bien qué número marcan en su celular.




viernes, 2 de octubre de 2009

Uy, me pasé

«Nueve soles», sugirió el taxista. «Está bien», me pareció buen precio hasta mi casa.

Subí y me abroché el cinturón de seguridad. Me encantaba el ambiente del carro porque el taxista solo manejaba y se escuchaba buena música; hasta que el individuo rompió la armonía: « ¿Y sales de trabajar, de tu casa, cómo es? », «Che… - pensé - , le chotearé la conversación de una. Quiero paz».

Se hacía el tonto: me hablaba, me preguntaba y me felicitaba, mientras que yo miraba como se pasaba las avenidas principales y atajos… « ¿Por dónde va a salir? », le corté con mi hacha, «Uhm, por acá, creo que ya me pasé, je», respuesta idiota. Se notaba sus ansias por hacer durar el viaje una eternidad y así, yo cayera en sus manos: « ¿Y cómo es tu día? », «A ti qué te importa», pensaba.

«Tal vez si vamos por acá, ¿te parece?, je», «Donde se salga más rápido a la avenida», reclamaba delicadamente.

Como el tipo me pareció pesado y no soporté su estúpida e ingenua conversación (en verdad me molestó), le dije que me dejara en la misma avenida cerca a mi casa. «Bueno, espera que te dé tu vuelto», buscaba en su bolsillo la moneda que terminaría con su ilusoria y corta relación entre él y yo. «Gracias», me fui con la imagen de una mujer civilizada, «Chau, maldito mañoso, sigue trabajando para tus hijos, desgraciado», estallaba por dentro.

Pero, ahora que estoy un poco calmada, recuerdo al hombre ése y me da penita.




martes, 22 de septiembre de 2009

El colegio ideal

Tratar de leer durante el viaje en combi hasta la universidad: error.

Subieron tres mujeres con ropa formal, cabello teñido y con esos bolsos negros brillantes que están de moda.

Sus voces, fuertes pero melodiosas, se metían en mi cabeza, en mi intento de concentrarme en lo que leía o, mejor dicho, trataba de entender cuando leía.

Eran tres criticonas profesoras de colegio, tres señoras chismosas. Concluí que, en ese dichoso colegio, nunca voy a poner a mis hijos. No.

Tomando ron, en la sala de profesores, yo llamé a Paty y le dije…

No me gusta Cívica, estoy harta…

“Si no están de acuerdo, las puertas están abiertas”, así mismo lo dijo…

Casi llegando a mi paradero estaban en el tema de por qué maldita sea deben vigilar durante el recreo a los demonios esos:

Entonces no puedo comer, no puedo descansar…




jueves, 17 de septiembre de 2009

Historias de un mapache

Lo sé, lo sé. No he escrito hace tanto...
En fin, estoy participando en un concurso: Primer Concurso Juvenil de Blogs Literarios, así que el mapache se muda a otro blog: historiasdeunmapache.blogspot.com

No lloren, por favor, será solo por un tiempito.

Envíen sus ondas postivas, prendan su velita, lean las nuevas crónicas en este blog, voten por mí y sean mis fans de toda la vida.

Suerte para mí.
Obvio, para ustedes también.

Mapache.

jueves, 20 de agosto de 2009

Vicio de vacaciones

Desde que terminó mi ciclo en la universidad, he sentido un relajante descanso, fuera de las responsabilidades que me atan.

Lo malo de esto es que subí de peso, claro, no solo celebré fiestas patrias, también estuvo la gran reunión por el cumpleaños de mi abuelita: la más más de la familia.

Desde hoy, justo hoy, comencé a hacer ejercicios. Es matador, pero igual lo hago. Aparte, ya me matriculé en la universidad y pronto la rutina caerá encima de mis noches de sueño.

Y, mientras todo esto ocurre, surge mi vicio como siempre, ahora que tengo Facebook, he descubierto varios juegos como Crazy combi, Waka waka y lo último: Pet society.

Es increíble cómo estos estúpidos y sencillitos juegos online pueden consumir hasta todo un día de mi descanso, que, por cierto, ya está por terminar.

PD: Tampoco me preocupa mucho dormir hasta “las once de la madrugada”.

Felices vacaciones.




martes, 11 de agosto de 2009

Inspirado en James Bond


La chica bonita, de tez blanca y suave, caderas definidas, busto inocente y la juventud altiva en su mirada, dejaba su asiento y se dirigía a la puerta del autobús.

El cobrador, de etílicos ojos vacíos, la miraba de pies a cabeza: «hermosa, hermosísima», dijo cuando la joven bajó de la combi.

Y como esas cosas pasan, la puerta del carro se atascó, un tornillito se salió.

«Mierda, mierda, espera, mierda», el cobrador trataba de jalar la oxidada puerta pero ésta no hacía caso.

«Nos quedamos encerrados…», pensaba al contemplar la burrada que sucedía.

« ¡Mierda! », el cobrador se desesperaba, los futuros pasajeros en el paradero se cansaron y voltearon la mirada hacia otra combi.

El chofer, otro tipo mañoso, estacionó el carro, se sacó el cinturón de seguridad bamba, salió de su asiento, apartó al cobrador de la entrada obstruida, midió rápidamente la fuerza que debía ejercer ante tal problema y… ¡Pam! arremetió una patada a la puerta, que volvió a su lugar, y el tornillo caprichoso que se había atracado cedió.

La puerta quedó como nueva, se deslizaba elegantemente, el cobrador la abría y cerraba como si fuera la primera vez que se conocían.

«Demasiado James Bond en la televisión», dije en voz baja antes de quedarme dormida.