sábado, 4 de octubre de 2008

Teléfono malogrado II *

Día 1.2

Luego del almuerzo, Pedro fue a consultar a la vecina si su línea telefónica estaba bien. «Todo correcto», respondió la señora de rulos negros. Pedro, por vergüenza, no quería molestarla más a la señora y fue a un teléfono público a comunicarse al 104. Regresó después de quince minutos y muy amargo: «Todo es un enredo, anda tú si puedes dar la queja…», mandó a su hija a llamar.
Alexandra no tuvo opción y salió del edificio con dirección a una tienda. En ninguno de los teléfonos públicos tradicionales se podía llamar gratis al 104, hasta que encontró un modelo diferente en una tienda que repara televisores y radios. Marcó el 104: «Sí, lo que pasa es que en la mañana vinieron técnicos de Cobra y cortaron el teléfono y el Internet en mi departamento, estoy llamando de teléfono público…». La operadora interrumpió a la muchacha: «Para eso debes llamar al 102 que son quejas al servicio». «Ahh… ok, gracias».
Marcó 102: «Marque el código de la ciudad y luego el teléfono que presenta avería». Si necesita ayuda presione 4... Presionó 4: « Para Lima el código es 1, para provincias…». Volvió a marcar 102: « Marque el código de la ciudad y luego el teléfono que presenta avería. Si necesita ayuda…». Presionó 1; luego el teléfono fijo malogrado: «Si su línea presenta sonidos... marque 1, si suena... marque 2. Para otras averías o daños marque 3». Marcó 3.
Después de quince minutos, una operadora atendió el reclamo: «Muy bien señorita Schmitt, su reclamo ya está registrado. Mandaremos al técnico de inmediato». «Gracias», parecía que agradecía más a Dios que a Telefónica.

Continuará...

* En el capítulo anterior, la familia de Pedro fue víctima de una tragedia: le cortaron la línea telefónica y el Internet. Sospechosamante, ese día fueron técnicos de Cobra a instalar Internet un local cerca del edificio donde viven. Segunda parte de la crónica sobre una historia de la vida real.





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